Hola, soy

Romina Sánchez

Nutricionista

Estudié cinco años la carrera de Nutrición en Argentina, y para direccionar el sentido de la profesión me especialicé en diferentes áreas, especialmente acompaño a las mujeres en todas sus etapas de la vida.

Especialista en Nutrición Clínica en Pediatría, enseño sobre una nutrición Basada en plantas (Plant Based). Promuevo la Lactancia Materna, estudié Puericultura en ACADP en Argentina.

Me dedico a informar acerca de una alimentación respetuosa y perceptiva, de los tiempos y los modos, ofreciendo alimentos sanos y adecuados para cada niño. Especialista en Baby Led Weaning e inapetencia infantil, además tengo especialidades en Lifestyle Medicine de ELMO Bruselas, Diabetes y Obesidad de Universidad Favaloro de Buenos Aires, y especialidad en Nutrición en Cirugía Bariátrica para adultos en México.

Me dedico desde hace 15 años a enseñar a madres como tú y yo a que sus hijos tengan una nutrición con sentido, desde que nacen, en sus etapas de crecimiento, creando una buena relación con la alimentación. Me llena de entusiasmo ayudar a las personas a tomar mejores decisiones de salud y ver los resultados en su vida.

Apoyo con contenido digital a marcas de productos alimenticios, audiovisual, artículos de investigación, congresos, comunicación en medios masivos.

Colaboración con notas en revistas internacionales y locales. He trabajado a través de diferentes alianzas para marcas.

Soy talento de la agencia TZL como profesional de salud referente.

En esto creo firmemente

No se juzga, se comprende

Hay un concepto que me llamó poderosamente la atención: SORORIDAD, la solidaridad entre mujeres.

No se critica, se ayuda

Tener hijos o no tenerlos, dar la vida por parto natural o por cesárea, dar la teta o no querer darla, pero poner el cuerpo y tu corazón no se critica livianamente.

Vivir y dejar vivir

Los que no tienen hijos, o los que tienen y se portan horrible, o los que no les sobrevive ni una suculenta.

Nos llegarán miles de consejos: “el bebé se quedó con hambre”;  “para mí que son gases”; “tiene que comer papillas”: “se va a ahogar”: “debe dormir boca arriba”; “está amarillo”; “¿para cuándo el segundo?”; “vas a tener que darle fórmula”, y quizás nos convenzan de que somos malas madres. Y nosotras sólo pensamos en cómo mantener con vida a ese bebé que acaba de nacer.

Nunca estamos solas

No hay dos embarazos iguales, tampoco dos madres iguales, es hora de dejar de compararnos. Ni siquiera nosotras somos las mismas con el primero que con el segundo hijo, ni somos las mismas ni un día al otro. Los hijos se instalan, en tu tiempo y en tu todo.

Oigamos nuestro instinto; cuando no podamos, pidamos ayuda y busquemos la otra cara de la maternidad, que es el tiempo para uno. Estar sola.

Al final del día, todos los días, no importa si tengo o no desafíos laborales, o decisiones profesionales que tomar, desde el sentido más profundo y desde lo pragmático, criar, es lo más difícil que estoy haciendo, por lejos.