BLW es un método de alimentación complementaria a la lactancia (es decir, complementa no sustituye y es oportuna, a los 6 meses de edad) donde se ofrecen alimentos enteros a demanda del niño. BLW son las siglas de Baby Led Weaning que, en una traducción literal, significa “destete dirigido por el bebé” o “alimentación regulada por el bebé”.
Eso quiere decir que el adulto decide “qué” alimento va a comer, y el bebé el “cuanto”y el “cómo”. El niño sabe cuánta comida necesita, y por lo tanto, sabe cuándo debe parar de comer al sentirse saciado.
La idea es incluirlo en la rutina familiar, que coma cuando comen todos, los alimentos saludables y aptos para su edad que le ofrezcamos.
Además el BLW no implica barra libre de alimentos. Hay que entender que muchos no son adecuados para un bebé aún en proceso de maduración o con una dentadura escasa. Básicamente, para empezar le ofreceremos alimentos saludables que pueda deshacer fácilmente con sus encías.
¿Por qué se hace así?
Cuando pensamos en niños y verduras, automáticamente pensamos en niños que lloran sin querer comerla. Padres que se esfuerzan en armar platos creativos o llamativos o esconderle la verdura para que su hijo los coma. Quizá tenga que ver la relación que se estableció con este tipo de alimentos cuando iniciaron la alimentación complementaria.
Así que lo ideal es iniciarse con cada alimento por separado para conocer la diversidad de sabores, colores, olores y texturas de forma individual.
De esta manera el bebé descubre la comida como algo natural y a través del juego, se establece una relación saludable desde el primer momento.
Las comidas familiares dejan de ser algo forzado y todo se convierte en algo lúdico aprovechando la curiosidad del niño.
MASTICAR SIN DIENTES
Una de las mayores dudas al comenzar el BLW es el hecho de que los bebés tomen alimentos sólidos sin triturar. Culturalmente tenemos muy integrado el concepto de que el bebé debe comenzar con papillas y la realidad es que no deben ser alimentados por terceros y no tienen por qué comer de esta manera. Porque con seis meses (y cumpliendo los requisitos para iniciar la alimentación complementaria) pueden tomar la comida con las manos, llevársela a la boca, y aun sin dientes pueden masticar y deglutir prácticamente por si mismos.
PROS Y CONTRAS
Integración a un ambiente familiar relajado y sin presiones.
Es práctico y barato.
Los bebés comen la misma comida que la familia adaptado, por ejemplo sin sal.
Los niños adquieren una relación saludable con la comida, ellos elijen cuánto y qué comer de la variedad de alimentos que les ofrezcamos y serán capaces de autorregularse en el momento que se sientan saciados. Esto ayudará a evitar la obesidad en el futuro.
• Contribuye a la salud bucodental.
• Fomenta la independencia del bebé.
• Favorece la estimulación sensorial del bebé.
• Mejora la psicomotricidad fina .
• Favorece el desarrollo de la musculatura orofacial.
• Previene posibles trastornos del habla.
INCONVENIENTES
Por lo general es un método bastante sucio. Los posibles atragantamientos o arcadas. Deficiencia de hierro.
Podemos apoyarnos en las recomendaciones de la AEPED ( Asociación Española de Pediatría) que reconoce éste método como una alternativa válida, los trabajos de la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) valoran positivamente esta práctica. Hay nutricionistas como Julio Basulto, o pediatras como Carlos González, que apoyan este tipo de alimentación. Además, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la AEPED, recomiendan a la lactancia materna (o en su defecto la lactancia artificial) exclusiva hasta los 6 meses y de manera complementaria al menos hasta los 2 años de edad.
Hola Romi, quiero agendar mi cita de nutrición